Desde que di play por primera vez a “Gyeongseong Creature” (o “El monstruo de la vieja Seúl” en español) me atrapó una atmósfera oscura, inquietante y tenebrosa con una intro animada que me dejó ver por dónde iba a llevarse a cabo la historia.
Y es que la idea de retroceder en el tiempo, hasta la primavera de 1945, en plena época de la ocupación japonesa en Corea y varios países asiáticos, no era algo que estuviera esperando, al menos no de una forma tan cruda y bien construida visualmente.
Esta serie es una delicia visual, con detalles muy bien cuidados y con paletas de color que refuerzan cada una de las situaciones y personalidad de los personajes; además de la utilización de movimientos de cámaras y otros recursos audiovisuales que permiten que el ritmo de la serie sea siempre el correcto. No les miento cuando les digo que una vez empieza cada capítulo no es posible parar de verlo.
Encasillar la serie en un género en específico parece una tarea imposible, el mismo director Chung Dong-Yoon mencionó que es más una excelente mezcla de géneros y sensaciones que encuentran la forma de coexistir en armonía; desde el terror y el suspenso por su trama principal, hasta el romance y la comedia que los dramas coreanos saben tan bien como explotar, pasando por la idea de un drama histórico, que más allá de su precisión en cuanto a los hechos, nos permite tener una visión un poco más clara, de lo que pudo significar para los coreanos, esta época tan complicada en la historia asiática.
El cambio de idiomas al momento de la comunicación entre los personajes (increíblemente bien ejecutado por el cast, enteramente coreano) es un detalle que nos permite entender la tensión del momento histórico; las variaciones de los dialectos, acentos y formas de cada uno de los idiomas (japonés y coreano) se siente natural en su gran mayoría, y para mí, tiene gran relevancia en la historia, que se puede llegar a perder un poco en los doblajes.
Las actuaciones y construcción de cada uno de los personajes están tan bien logradas, que permiten conectar con ellos de manera casi inmediata. Park Seo-joon (Jang Tae-sang) y Han So-Hee (Yoon Chae-ok) tienen una química maravillosa y se siente al estar frente a la pantalla lo profesional de su interpretación. Una de las actuaciones que más me sorprendió, fue posiblemente la de Claudia Kim como Yukiko Maeda, desde el manejo de los idiomas y las formas de cada uno, como el de las expresiones del personaje.
Las actuaciones de Kim Hae-sook (la señora Na-wol) y Jo Han-cheol (Yoon Joong-won) no dejan duda del porqué son parte de los actores más reconocidos de Corea y su trayectoria y experiencia es innegable, además Wi Ha-Joon (Kwon Jun-taek) aporta momentos inolvidables.
Los protagonistas son personajes muy bien pensados, estructurados y con personalidades y motivaciones bien definidas. Han So-Hee (Yoon Chae-ok) tiene una habilidad especial para darle vida a personajes femeninos fuertes, y claramente esta no es la excepción. Las escenas de acción son visualmente muy poderosas, con peleas bien planificadas y excelentemente ejecutadas, que le dan a la serie esa fuerza necesaria para complementar la trama.
La forma en la que se tratan los conflictos políticos, la ambición y la crueldad humana que se desprenden de épocas como esta es uno de los puntos que más me atrapó de la historia. La deshumanización que está siempre presente en las guerras, principalmente en conflictos a gran escala como lo fue en su momento la ocupación de los territorios por parte del imperio japonés es retratada de forma cruda, muy cruda, en esta serie.
El contenido gráfico y con tintes gore, nos da justamente esa mirada, y complementa perfectamente la historia de crueldad, codicia y sed de poder que pretenden retratar.
Por otro lado, las motivaciones humanas, el sufrimiento, la tristeza y las decisiones de los personajes, nos dejan ver, que a pesar de las condiciones la humanidad está intrínsecamente ligada con el amor y la esperanza.
Las implicaciones del patriotismo, el amor, los sacrificios y el deber en una historia en donde la supervivencia es la casi que la única misión, le dan a la trama y a los personajes una profundidad, que como dije anteriormente nos ayudan a conectar con ellos desde el primer momento.
Aunque hay momentos y partes de la trama que se pueden sentir inconclusas, el final abierto de la serie, nos ofrece posibilidades infinitas para una historia que espero pueda ser continuada con otra temporada, pues lo merece, y yo personalmente, estoy deseándola.
Estoy segura que esta serie dará mucho de qué hablar, tanto por su calidad técnica y el talento de sus protagonistas y el reparto en general, por la representación visual de la antigua capital de Corea, llena de detalles y visualmente preciosa, ya que en palabras del mismo Park Seo-Joon “todos los que vean “Gyeongseong Creature” estarán gratamente sorprendidos con el resultado… es un festín visual”, y no puedo estar más de acuerdo con él; como por la carga histórica y la representación de un conflicto del que tal vez no somos muy conscientes, al menos en occidente, y que representa una de las épocas más difíciles y complicadas de la historia reciente del continente asiático, contada desde la fantasía y que remarca de manera excepcional la idea de que al final del día “no sabemos qué monstruo es peor”.
La primera parte de esta temporada de "El monstruo de la vieja Seúl", estará disponible en Netflix este viernes 22 de diciembre, y su segunda parte desde el viernes 5 de enero del 2024.
Por: Majo Álvarez : Equipo HanaPOP.
